Por Míriam Vázquez
Coautora: Alícia Salamanca [Espai Ariadna]
¿Que porqué seguimos celebrando el Día Internacional de la Mujer? Porque es un día de reivindicación y de lucha que nos recuerda la valentía de nuestras antecesoras, desde mucho antes de aquel 8 de Marzo de 1857 en que un grupo de obreras textiles salió a las calles de Nueva York a protestar por las míseras condiciones en las que trabajaban.
Es un día para salir a la calle como hicieron ellas y celebrarse a una misma, celebrarnos juntas y abrazarnos porque queremos amarnos a nosotras mismas y necesitamos estos espacios compartidos llenos de mujeres luchadoras que nos hacen de espejo. Nos hace falta dejar de mirarnos en esa mujer que no existe pero nos ponen delante una y otra vez para que la veamos y persigamos con tantísimo sufrimiento ser “ella”, el prototipo patriarcal. No, este 8 de Marzo miraremos hacia esa manada de mujeres, lesbianas y trans diversas, altas, bajas, gordas, flacas, negras, jóvenes, viejas, andando con piernas o con ruedas, con y sin hiyab. Guapas todas. Esas somos y no lo que quieren que seamos esos Donalt Trump misóginos y xenófobos que levantan de la tumba a nuestras obreras textiles de Nueva York. Porque no vamos a permitir que todo los éxitos acumulados en nuestra pacífica lucha nos los quieran arrebatar. Y aunque muchas de nosotras hemos descubierto que lo del sexo y el género es un engaño, una construcción patriarcal que nos constriñe y trabajamos día a día para de-construir esta dicotomía sexo-género porque sabemos que es el origen de mucho sufrimiento, todavía algunas sentimos que tenemos que luchar desde nuestra identidad de mujeres. Eso sí, tenemos que estar alerta de no excluir todo el resto de identidades de género fluido que también sienten la opresión del patriarcado pues no sería la primera vez que lo hacemos. Igual que hemos excluido a mujeres que consideramos menos feministas que nosotras porque llevan hiyab o porque tienen marido. Ojo con creernos el modelo a seguir.
Sigue teniendo todo el sentido el 8 de Marzo pues seguimos recibiendo violencia por el simple hecho de ser un cuerpo leído mujer. Sólo en lo que llevamos de 2017 ha habido 21 mujeres asesinadas por violencia machista. Nosotras, como profesionales expertas en violencia de género, seguimos viendo día tras día a mujeres que llegan a para hacer un proceso de recuperación por la violencia vivida y que necesitan verse a si mismas.
En el día a día del Espai Ariadna vemos lo curativo de re-conocerse a si mismas como mujeres. Lo curativo de ver que ellas no están mal porque son defectuosas si no que son hijas sanas del patriarcado. He podido ver como una de las medicinas más potentes es ver a la manada, aullar junto a ella y recorrer esas calles viendo que no están solas, que hay muchas y diversas y que no nos vamos a conformar. Porque no somos es sexo débil, nunca lo hemos sido. De todas las mujeres que llegan destrozadas hasta lo más profundo al Espai Ariadna todavía no he visto ni una que fuera débil, que fuera sumisa en esencia. No, ellas son rebeldes, no han cumplido desde pequeñas con su rol de género y se han pasado toda la vida peleándose con ellas mismas porque no encajaban. Las agresiones que han recibido esas mujeres estaban destinadas a someterlas, a debilitarlas. No pareceríamos débiles si no nos agredieran. No tendríamos que estar sentadas frente a una mujer que nos dice que después de tantos años ahora está volviendo lentamente, que ahora tiene la esperanza de vencer. Se refiere a vencer al Patriarcado, a poder sentirse bien sin ese traje que la constriñe y no la deja respirar. Por eso sigue siendo tan necesario el día Internacional de la Mujer. Por eso aunque nos cuestionemos cosas, pongamos del revés el género, aunque sepamos que el sexo no sólo es biológico como nos contaron, a pesar de todo esto, sigue siendo necesario habitar esas identidades oprimidas.
Identidades oprimidas que nacen bajo el yugo de mandatos de género recibidos día tras día. Estos mensajes sociales que transmite la sociedad de corte androcéntrico, hegemónico y patriarcal, para cumplir lo que supuestamente son la feminidad y la masculinidad determinante e ingenua. Ese requisito condicionante y obligatorio que supuestamente debemos seguir por el simple hecho de ser mujeres. Esa cláusula que fija una identidad construida socialmente en función del cuerpo leído como tal, de la etnia a la que perteneces, la edad que posees y tantos otros estereotipos que atraviesan, simplifican y caricaturizan la realidad existencial de las personas.
Cansadas de estos mensajes misóginos y machistas, el día 8 de marzo también es el día de la diversidad, de la liberación, de proclamar la necesidad de construir una nueva realidad, de emanciparnos de la jerarquía genérica que marcan y limitan la ideación sexo-afectiva, de poner fin a aquellas misivas que nos menguan como personas y no nos permiten ser libres dentro de nuestras mentes pensantes.
Os animamos a ir a la manifestación del 8 de Marzo de cada una de vuestras ciudades para llenaros de energía y sentir esa sororidad. Nosotras, Las Ariadnas, viviremos el próximo miércoles como un día en el que TODAS con nuestras historias distintas y características diversas uniremos nuestras voces y nos transformaremos en una marea lila que camina al son de las Percudones. Esa marea lila es la que también nos ayuda a las profesionales a seguir, nos recuerda el sentido de la lucha y la razón por la que hemos elegido trabajar con mujeres y niñas y niños sobrevivientes de la violencia machista. El próximo 8 de Marzo cogeremos fuerzas para seguir luchando un año más.