Abriendo camino a una forma diferente de la visión de ser madre…
Por Iraida Vilarrubí, Educadora Social Área Infancia del Espai Ariadna
A menudo, las mujeres nos sentimos juzgadas en nuestro papel en la sociedad, por el hecho de ser mujeres, trabajadoras, ciudadanas, emprendedoras; y desempeñar también el rol de ser madres.
Juzgadas y evaluadas por unas responsabilidades impuestas desde el control y el sistema patriarcal, que pueden dañar o perturbar el auto concepto que construimos.
Esta claro que el término ‘familia’ ha cambiado y cuando hacemos referencia a un núcleo familiar ya no utilizamos en nuestro imaginario social el típico modelo tradicional de familia: heterosexual con patrones históricos tradicionales.
Así que cuando hablo de familia se engloba igual madre-padre, madre-madre, padre-padre, familias monoparentales y una infinidad de nuevos modelos.
Tradicionalmente, desde la infancia, nos han educado en un modelo familiar con una clara diferenciación de roles entre el padre y la madre. Pero estos conceptos del modelo tradicional de familia, cada vez se van rompiendo más, y va dejando paso al cambio, a una forma menos conservadora de educar. Sin hacer uso de los estereotipos que nos pueden marcar en nuestro desarrollo de la personalidad; en cómo ser, sentir, actuar y pensar de una forma u otra desde pequeñxs, por el hecho de ser niño, o niña.
Los cambios producidos en el modelo familiar han posibilitado un cambio en la vida de las mujeres, por ejemplo accediendo a la formación necesaria para el mercado laboral. Dichos cambios en el seno de las familias han dado origen a un nuevo modelo de madre, teniendo éstas, en muchos casos que ganar el sustento para sus hijas e hijos, por lo que han sentido la necesidad de mantenerse en sus puestos de trabajo, si los tienen, o de buscarlos, así como han necesitado mejorar su formación, al mismo tiempo que sus hijas e hijos permanecían en las escuelas.
Las políticas de igualdad de oportunidades desde la perspectiva de género, raza o diferencia cultural, especialmente relacionadas con las vidas de las mujeres, respecto a sus familias, sus trabajos y su educación, así como el impacto de los cambios sociales y educativos en las familias monoparentales, cuando la mujer es la “cabeza de familia” se ponen de manifiesto estos cambios sociales y educativos. Que afectan directamente a las vidas de las mujeres como ciudadanas en la sociedad, como cabezas de familia, como parte integrante de la familia, como trabajadoras en el mercado laboral y en la posible continuación en el sistema educativo.
Todos estos cambios posibilitan ir abriendo camino a una forma diferente de la visión de ser madres.
L’Espai Ariadna madres e hijxs
Cuando se investiga la maternidad es frecuente encontrar cuantiosos datos sobre el aumento o disminución de la población. También sobre la importancia del cuidado de los niños y niñas, sobre el costo de la educación, etc. Pero en otros estudios, se investiga sobre todas aquellas mujeres que son madres y que sufren, o han sufrido violencia de género junto a sus hijxs; y además presentan un consumo problemático de sustancias o alguna adicción, y en esta área es dónde intervendría el recurso de acogida Espai Ariadna.
El Espai Ariadna es un servicio residencial, proporciona atención integral a mujeres con o, sin hijxs, que sufren violencia actualmente, o han sufrido violencia machista anteriormente. Con el fin de ofrecerles protección (recurso confidencial y de acogida), en un entorno seguro, acompañado en todo momento por la mano de un equipo educativo. Trabajando de forma conjunta mujer-hijxs-equipo educativo en y para, la recuperación terapéutica del daño socio-psicológico y emocional fundamentalmente, tanto de la mujer como de los hijxs.
En dicho acompañamiento se brinda una atención sistémica al núcleo familiar madre-hijx. Este tipo de intervención da lugar a un enfoque holista en el que puedan ser atendidas de forma conjunta y global el seno familiar afectado. Dando vital importancia al empoderamiento de estas mujeres, a su tratamiento, y al seguimiento y evaluación del posible daño causado en lxs menores al haber vivido en un entorno de violencia machista.
Durante el proceso y el plan de trabajo de la unidad familiar se procuran mayor importancia a aquellos aspectos relacionados con la recuperación del lazo afectivo entre madre e hijx, el tipo de apego, y generar un nuevo espacio de seguridad y confort al núcleo familiar para la buena evolución-recuperación integral tanto de la mujer como de sus hijxs.
Bibliografía:
“El harén pedagógico” Perspectivas de género en la organización escolar.
Editorial Graó / 2000*Gloria Arenas Dra. en Ciencias de la Educación. Prof. Titular del Dep. de Didáctica y Organización Escolar. Facultad Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga (España)
Sofia
Ojalá existieran más lugares como este. Si hubiera sabido que existía este recurso, habría ingresado antes. Me hubiera evitado, el que me separaran de mis hijos por el hecho de ser adicto. Cuantas veces negué mi adicción para evitarlo….sabía que si lo confesaba me separarian de ellos y así fue. Se empatiza mucho con las mujeres víctimas de violencia, pero que pasa cuando además somos adictas???? Se nos trata igual???? Seguir adelante, luchando, tenéis mucho que ofrecer. A mi me habeis ayudado a cambiar mi vida.