Nuestra compañera Miriam Vázquez, directora del Espai Ariadna, nos ha preparado un artículo que os presentamos en dos entregas por su longitud, pero que bien merece la pena ser leído…
Muchos cambios y realidades que reconocer…
y Miriam nos pone ante un espejo…
¿Os atrevéis a miraros? 😉
L´Espai Ariadna. Un trocito de este viaje
En Noviembre se cumplirá un año del inicio de esta aventura.
Sí, sí, he dicho aventura porque l´ Espai Ariadna es un proyecto aventurero.
Es un viaje que rondaba nuestras cabezas hace mucho tiempo.
Un viaje arriesgado, de esos que te asustan y a la vez te atraen, que necesita de alguna persona atrevida que lo proponga en voz alta y alguien que la escuche. Y no sólo eso, además, se tienen que dar las condiciones externas apropiadas y que las personas que se apunten al viaje se compenetren, complementen y formen un equipo con ganas de explorar al máximo.
Todo esto se dio, y nos vimos zarpando un 11 de Noviembre rumbo a lo imaginado, con las mariposas en el estómago que sólo se despiertan ante la sorpresa, las ganas y el temor a lo desconocido.
Así empezó l´Espai Ariadna, de miles de debates en torno a la necesidad de dar respuesta a una realidad. Nos encontrábamos tanto en la red de atención a la violencia de género como en la red de atención a las adicciones con pocas salidas reales para las mujeres que sufren violencia de género y además presentan un consumo problemático de sustancias o una adicción. La experiencia en estos dos ámbitos y diversos estudios a nivel nacional e internacional corroboraban que estas dos problemáticas se dan a la vez en muchas mujeres. En dichos estudios se halla que la incidencia de malos tratos es muy superior en mujeres adictas que en la población femenina general así como que las mujeres en tratamiento por adicción son víctimas de violencia ejercida por su pareja con una incidencia tres veces superior a la de población general y entre un 50 y 80% han sido víctimas de abuso sexual en la infancia (Blume, 1994; Swift,1996; El-Bassel y Witte, 2001; NIDA 2001; Frye et al, 2001; El-Bassel et al 2003.). Además también se observa que la violencia sobre la mujer adicta se suele iniciar en la infancia para mantenerse en la edad adulta en manos de su pareja o de familiares y conocidos.
Ante este panorama, teníamos muy claras algunas ideas que surgían de otros recorridos. Caminos hechos por diferentes personas, viajes explicados y compartidos a través del feminismo, las adicciones, la violencia de género y el acompañamiento en la recuperación de las mujeres y las niñas, niños y adolescentes.
Habíamos llegado a algunas conclusiones.
La primera es que las mujeres tienen derecho a poder acceder a un recurso de acogida para poder protegerse de la violencia de género recibida y tener la oportunidad de recuperarse del daño. Las hijas e hijos de estas mujeres también. Y digo las mujeres porque me refiero a todas las mujeres sin exclusión. Así que las mujeres que tienen un problema de consumo de sustancias o adicción no son menos.
La segunda es que no podemos diseccionar a la persona y los problemas que se identifican. Con esta manía que tenemos, para creer que entendemos las cosas, de clasificar, ordenar y dividir en partes y que en la intervención no acaba de funcionar. Muy bien, tenemos una mujer con un problema de violencia de género y además una adicción (eso si no tiene también un diagnóstico psiquiátrico). Fácil ¿no? Que se recupere de la adicción y luego podremos hacer algo con el problema de la violencia. Pues no, no es tan sencillo. Estos problemas y quizá otros, por mucho que queramos separarlos, están ocurriendo en el mismo cuerpo, en el mismo sistema. Así que o empezamos a intentar analizar los sistemas y a realizar las intervenciones de una forma holística o no entenderemos realmente nada y la solución sólo podrá ser parcial.
La tercera es que toda intervención con personas se ha de hacer desde una perspectiva de género. Teniendo en cuenta que todo lo que ha ocurrido en la vida de una persona está atravesado por este sistema simbólico que construye las categorías masculino y femenino. Esto cobra especial importancia en la intervención con mujeres, siendo necesario tener en cuenta las particularidades concretas de la socialización de éstas. La socialización de género construye su subjetividad y determina su posición en el mundo en todos los ámbitos económico, político, social, cultural, educativo, religioso y familiar. Trabajar desde una perspectiva de género nos ayudará a entender como ha construido su identidad, sus relaciones, su adicción…todo, y tener en cuenta que uno de los objetivos principales de la intervención tiene que ser fortalecimiento de la autoestima. Ésta es, desde un punto de vista feminista y en palabras de Marcela Lagarde, “una dimensión de la autoidentidad marcada por todas las condiciones sociales que configuran a cada mujer y, de manera fundamental, por la condición de género. La mujeres somos conformadas como seres-para-otros y nuestra autoestima se ve afectada por la opresión de género y es experimentada en la cotidianidad como la discriminación, la subordinación, la descalificación, el rechazo, la violencia y el daño, que cada mujer experimenta en grados diversos durante su vida”.
Y la cuarta es que, pese a todo lo que compartimos, cada persona debe ser mirada como ser único y, por tanto en la intervención debemos diseñar un tratamiento para cada mujer, niño, niña, adolescente y núcleo familiar. Saber que la violencia de género y las adicciones tienen una raíz estructural y son problemas colectivos no debe impedirnos respetar la individualidad de cada persona, sus necesidades, sus tiempos, su lenguaje, sus creencias, su historia de vida propia y, por tanto, su camino de la recuperación particular. Entre estas ideas claras se mezclaban otras ideas no tan claras y muchas dudas que sólo podían resolverse empezando el camino. Es decir, construyendo una forma de intervención desde la experiencia concreta.
Y no os decimos más, ya zarpamos hace un tiempo y tenemos un gran álbum de fotos y un diario de viaje que ir mostrando.
¿Queréis verlo?
(CONTINUARÁ…)
Información sobre L’Espai Ariadna:
http://www.fsyc.org/proyectos/servicio-residencial-de-intervencion-en-violencia-machista-y-drogodependencias-espai-ariadna/