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La importancia del consentimiento…

La importancia del consentimiento…

La importancia del consentimiento…

Por Patricia Martínez Redondo. Técnica del Proyecto Malva en Madrid. Fundación Salud y Comunidad.

 

Consentimiento. Aunque parezca una obviedad, no lo es.

¿Consentimiento? ¿Dónde? ¿para qué? Para mantener relaciones sexuales de mutuo acuerdo. Consentidas por ambas partes (o más, si es que participan más de dos personas). Durante todo el rato que dure la relación sexual, el «acto», como se quiera / prefiera llamar. Al inicio y durante. También en lo que consideramos incluso aún más previo a eso: «ligar».

Desde el Malva tenemos acceso a un amplio abanico de información, contextos y espacios de relaciones. Tras el trabajo en el Observatorio Noctambul@s podemos poner el foco en las relaciones heterosexuales acompañadas de consumo de sustancias psicoactivas en espacios de ocio y consumo recreativo. O tras la experiencia de todos estos años con grupos de mujeres y ahora en el Espai Ariadna, podemos poner el foco en los abusos que han sufrido las mujeres mientras estaban bajo efecto de sustancias o mientras estaban inconscientes por este motivo… La clave sigue siendo el consentimiento, la falta de ese – tan a priori de sentido común (¿no?)- mutuo acuerdo… Sin embargo, algo pasa con la construcción de la heterosexualidad -como sistema de organización del deseo; con sus mitos y creencias, sus roles asignados a cada cuerpo/género, etc. y todo un imaginario social que pone la atención en la víctima en lugar de en quien comete la agresión- para que cuando una mujer esté bajo efecto de sustancias psicoactivas, sea susceptible de recibir una agresión sexual… Forma parte de lo que se ha venido denominando «cultura de la violación»; un entramado de creencias sociales instauradas en la subjetividad de muchas personas que justifican y dan cobertura a las agresiones, y por las cuales un abusador no se siente como tal, no lo identifica, y en el que además las víctimas se sienten (y son señaladas como) culpables / responsables de lo sucedido: «yo estaba drogada» «no dije que no con la suficiente fuerza«, etc.

Existen campañas como esta (del año 2013): O esta aún más reciente (2015):
tequila
Perfecta-quitar-vocabulario-noche

Perfecta para quitar el ‘no’ de su vocabulario para la noche

 

No vamos a responsabilizar directamente a este tipo de campañas de las agresiones y abusos cometidos, pero sí forman parte de ese imaginario social que conforma la «cultura de la violación». Y no es tanto poner el foco en el mito de que «en la publicidad se pueda emplear lo que sea para vender un producto», sino que todos y todas entendemos a qué hace referencia. Quienes tengamos más sensibilidad con el tema nos indignaremos y lo denunciaremos; quien ni lo vea… que se pregunte por qué no lo ve. Pero el punto es que socialmente estas campañas son perfectamente entendibles, sabemos de qué están hablando: el NO se transformará en un SI (en este caso mediante ¿la anulación de los sistemas de voluntad y control por consumir alcohol?).

Por eso incidimos en el consentimiento: porque sólo SI significa SI. Ni estar inconsciente, ni un silencio, ni desmayarse durante, ni un «me gustaría, pero«, «me gustas, pero«, «no lo sé«, «NO«, «déjame«, «para«, «así no me gusta«, «para«, «te he dicho que me dejes«, etc. etc. etc.

Hace tiempo que vienen apareciendo materiales para trabajar el consentimiento, y queremos compartirlos y difundirlos a través de este post (recordad mencionar siempre la autoría):

– En esta campaña realizada por Blue Seat Studios, analizan el consentimiento a partir de una Taza de Te (en inglés en el original; activar función subtítulos si no aparecen automáticamente)

– Cómics dibujados por la artista Alli Kirkham en los que analiza varias situaciones análogas:

Si lo empezaste, aunque durante no te guste, te quedas hasta que lo acabes

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Si una vez dijiste que si, puedo volver a hacerlo siempre que quiera

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Dijiste que te gustaba, así que ¿por qué no hacerlo mientras duermes…?

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Dijiste que lo querías…

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En relación matrimonial es tu deber, estás obligada…

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Me lo debes…comics-consentimiento-violacion-alli-kerkham-6

 

Y lo estás pidiendo…

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No debemos olvidarnos tampoco de que existe un gran mito en la formación de la masculinidad heterosexual: «el que la sigue la consigue». Insistir es acosar. Acosar es agredir. Agredir no es ligar.

Recientemente en una famosa red social se abrió un debate en torno a la siguiente cuestión: muchos hombres cis* heterosexuales de diversas edades y condiciones, negaban rotundamente haber cometido agresiones sexuales / violaciones alguna vez en su vida. Sin embargo, cuando les preguntaban -en un espacio de seguridad y confianza- que si habían mantenido relaciones sexuales con mujeres en estado claro de embriaguez, o incluso inconscientes, muchos de ellos respondían que sí…

Poner el foco de atención en este tipo de cuestiones y emplear estos materiales, es sólo una forma de contribuir a la sensibilización, prevención y tratamiento de las agresiones sufridas en espacio de consumo de sustancias, y dejar de enfocarlo como un efecto del consumo, y sí como un complejo proceso fruto de una determinada socialización de género.

(*) cis: no trans. En este caso: hombres asignados como tal al nacer, y que se sienten identificados con esa identidad de género.

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2 Comments

  1. Quizá deberíamos plantearnos hablar no sólo de “consentimiento”, sino de “consentimiento afirmativo”, aquí un artículito la mar de interesante: http://www.adiosbarbie.com/2015/10/the-problem-with-consent/

    • En mitad del artículo se especifica: «Por eso incidimos en el consentimiento: porque sólo SI significa SI. Ni estar inconsciente, ni un silencio, ni desmayarse durante, ni un “me gustaría, pero“, “me gustas, pero“, “no lo sé“, “NO“, “déjame“, “para“, “así no me gusta“, “para“, “te he dicho que me dejes“, etc. etc. etc.»

      Y con el paso del tiempo, ahora añadiría que no sólo el SI, sino que lo desees… EL DESEO. Que a veces se dice que sí aunque no se desee realmente…

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